El puré de patatas tiene tres cualidades innegables. La primera es que es El Rey -así, con mayúscula de corona y cetro- de todas las variedades de puré existentes y por existir. La segunda es que es un básico de cocina tan esencial que el arroz blanco. La tercera es ¡que es irresistiblemente delicioso! Y ok, está bien, cabe una cuarta, que es lo facilísimo de preparar.
Y a que no sabías que el puré de patatas forma parte del bando de los carbohidratos buenos para la alimentación de nuestro cuerpo, a mil leguas por encima, a mil años luz de distancia, de cualquier otro tipo de carbohidrato procesado como las harinas industrializadas, por ejemplo. Y no, no se vale consumir el puré instantáneo de caja para disfrutar de las bondades energéticas de las patatas hechas puré.
A sacar el pasapurés o cualquier otro utensilio machacador, que vamos a explicarte cómo hacer puré de patatas.
Cómo hacer puré de patatas perfecto
Ingredientes
- 5 patatas grandes.
- 100 ml de leche.
- 30 gr de mantequilla.
- Sal al gusto.
- Agua.
Preparación
Lava y pela las patatas, que queden bien limpias, sin lunares ni agujeros negros, para que tu puré sea impecable. Ahora trocéalas en tamaños medianos que luego puedas pulverizar con facilidad, pero sin exagerar, porque los trozos muy pequeños de patatas pueden deshacerse con el calor del agua y desaparecer sin truco de magia de por medio.
Ahora hierve las patatas en agua y sal, por el lapso de unos 10-15 min. Ablándalas hasta que un cuchillo pueda punzarlas con facilidad sin llegar al extremo de que se desintegren. Paralelamente, también pon a entibiar un poco la leche.
Con patatas ablandadas y leche tibia lista, lo único que falta es triturar. Escoge el método con el que mejor te la lleves, bien sea el pasapurés, un aplastador de verduras, o el que nunca jamás falla: un simple tenedor.
Escurre las patatas y sin dejar enfriarlas haz una primera maniobra de triturado sobre todo el conjunto. Las patatas se pulverizan mientras están calientes, pues el calor es lo que permitirá que los ingredientes se junten y se fundan en un delicioso puré. Con las patatas frías, los resultados no serán ni remotamente los mismos.
Después de la primera aplastada aún te quedarán fragmentos grandes mezclados con tus inicios de puré, no te preocupes por ellos, ya tendrás chance de seguir aplastando. Lo que vas a hacer ahora es dejar caer cubos de mantequilla esparcidos sobre esta primera masa. El efecto inmediato que observarás es que el calor de las patatas derretirá la mantequilla. Vas bien. Revuelve todo y sigue aplastando.
Enseguida vierte un chorro de leche sobre la masa de puré, más un poco de sal a tu gusto. Tritura, tritura y tritura, una y otra vez, intercalando con pequeños agregados de leche. De esta manera es como los trozos grandes de patata desaparecerán y de aquí en adelante solo quedará rectificar que hayas acabado con todo ellos, a la par de batir y rectificar que la consistencia de tu puré sea la más cremosa posible.
Pero antes de concluir, haz un pequeño test:
- ¿Está insípido? = agrega una gota de sal.
- ¿Está muy seco? = agrega un chorro mínimo de leche.
- ¿Está aguado? = agrega un par de cubos de mantequilla.
Trucos de textura y sabor
Para mayor cremosidad, lúcete colocándole la cantidad de mantequilla que consideres necesaria. La medida que te indicamos en el listado de ingredientes es referencial.
Para realzar el sabor y hacerlo un puré de patatas inolvidable, además de sal puedes espolvorearlo con pimienta blanca/negra u orégano.
Para enriquecerlo y transformarlo en súper puré, puedes agregarle queso parmesano o pecorino rallado, y hasta un poco de nata líquida.
Para perfumar con sutileza, puedes agregarle nuez moscada o aceite de oliva virgen.
¿Quedó perfecto, no?
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